- Siempre que sea posible, trate de pasar al menos un poco de tiempo a solas con cada niño. Esto puede ser algo tan simple como leer una historia breve, jugar un juego o ir juntos al supermercado. Haga de este un momento especial para practicar las habilidades lingüísticas. Cuando los niños mayores van a la escuela, haga que el tiempo a solas sea especialmente rico en lenguaje para los niños más pequeños.
- Trate de utilizar palabras específicas y descriptivas con sus hijos en lugar de palabras generales de uso múltiple como cosa y hacer. Elaborar (y repetir).
- No se preocupe por exigir que los niños más pequeños y los mayores cumplan exactamente los mismos estándares. Si el niño más pequeño tiene un desarrollo más lento, las investigaciones muestran que normalmente se recupera.
- Si los hermanos mayores asumen el papel de traductores de sus hermanos o hermanas menores, anímelos a dejar que los niños más pequeños hablen por sí mismos. Pero también animarles en su papel de tutores de idiomas.
- Confía en tus instintos. Conoces a tus hijos. Si uno parece estar progresando mucho más lentamente de lo que cree correcto, pregúntele a un profesional del desarrollo del lenguaje (como un logopeda de una escuela primaria local) al respecto”.
- (págs. 81-82)
Fuente: King, K. y Mackey, A. (2007). La ventaja bilingüe: por qué, cuándo y cómo enseñarle a su hijo un segundo idioma. Nueva York: Collins